Una de las grandes ventajas de mi profesión es el poder ver cosas insospechadas.
Desde hacer un reportaje por todas las plantas de reciclaje orgánico de españa, pasando por rodar un documental en una cárcel de alta seguridad rodeado de presos, recrear un tsunami en una isla perdida en tailandia, pisar prácticamente todos los países de Europa.
En el lado negativo, claro está es el pasar demasiado tiempo en aeropuertos, hoteles y viajando lejos de casa.
Hace un tiempo, tuve la suerte/desgracia de ir a hacer un rodaje a argentina que finalmente acabó desastrosamente, volviendo yo prematuramente a España por la incompetencia de la producción. Uno tiende a intentar olvidar las malas experiencias, pero en este caso, en medio de la locura, caos y desesperación guardo un maravilloso recuerdo de algo... surreal.
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Aun sonreía en ese momento... |
Me encontraba al norte de Argentina, en el desierto de Salta, un sitio increíblemente espectacular, en plan desierto de película de western, combinado con pueblecitos bastante pobres, comunicados por carreteras de tierra... Bueno, la foto que veis aquí arriba... es de un servidor cruzando los desiertos argentinos.
Ya me habían avanzado de que en esa región había una especie de museo de la luz, pero tampoco me habían concretado mucho, así que una vez en el pueblo y hablando con un tabernero local, en cuanto me mencionó que a escasos kilómetros había un museo, até cabos (y eso que el mar estaba lejos!) (si, festival del humor) y caí que podía ser el posible museo de la luz del que me habían hablado en Buenos Aires.
Así que en un domingo de asueto (a veces me sorprendo a mi mismo usando estas expresiones, hoyga!) unos cuantos miembros del equipo de rodaje, decidimos acercarnos hasta allí... a ver que había. Empezamos a cruzar un desierto como el de las pelis de John Ford (es que si digo las pelis de Leone, sería el desierto de Almeria y eso cae demasiado cerca!), con sus cactus, piedrecicas, lagartijas, solana que te cagas y otras propiedades deserticas varias... Terraplén arriba, Terraplén abajo.... Y al alcanzar lo alto de una pequeña colina... WOW.
Un viñedo espectacular y una bodega ENORME... con un edificio museo!
La bodega, era una bodega mas de la región, y nos contaron que se trataba del capricho de un multimillonario norteamericano, que había decidido tener allí una de las bodegas mas altas del mundo, junto con un museo de su artista favorito, pagado ENTERO de su propio bolsillo. Yo como de vinos solo se que no me gustan nada (aunque me gustan como huelen), pues pasé de la cata que nos propusieron directamente al mundo del museo.
Ya os avanzo que es posiblemente el mejor museo que he visitado en toda mi vida (y van muchísimos!), el que mas me ha sorprendido y el que mayores sensaciones me ha provocado, sin lugar a dudas.
Turrell es un artista (sigue en activo), que juega principalmente con la luz. Y claro, para alguien como yo, que mi vida (principalmente la profesional) gira entorno a ese elemento, pues es obvio que me motive bastante.
Este genio, convierte la visita en el museo en algo totalmente sensorial, jugando con nuestra percepción de la luz y el color, y manipulandonos hasta niveles que yo JAMAS había podido imaginar.
Para que os hagáis una idea... Esta es una de sus instalaciones:
Si, unas escaleras que llevan a un cuadro azul que desprende luz. A simple vista parece que es una pantalla de cine que está reflejando luz... Subes un escalón... subes otro escalón... la presunta pantalla parece mas luminosa que cualquier otra pantalla que hayas visto nunca... Y en el ultimo escalón, pegado a la presunta pantalla descubres que esta... no tiene textura... y alguien te anima a tocarla... y no es una pantalla... ES EL ACCESO A UNA SALA INMENSA AZUL.

Os juro que no me lo podía creer, mi mano atravesaba ese espacio neutro, y estuve un buen rato asimilando que debía hacer. Como esas películas dónde el personaje da el paso hacía lo desconocido en un portal que da acceso a otra dimensión. Superada la primera reacción, dí el paso y me dispuse a llegar hasta el final de la sala azul (es como la foto que hay justo aqui arriba), en la que a medida que entras, llega un momento que solo te rodea un azul PERFECTO. Solo ves azul, sin mas. Entrar solo, es entrar en un espacio dónde acabas viendo solamente tu propio cuerpo y... un azul infinito. Hay que mirar hacia atrás para ver la salida por dónde has entrado, que de lejos vuelve a parecer una pantalla de cine lisa, clara.
Me es difícil describir las sensaciones, pero incluso ahora con la distancia del tiempo (y el kilometraje!) siento un pequeño escalofrío de pensar en ese espacio. Quizás la sensación mas parecida sea la de ingravidez... flotando, pero sin agua. En
ESTE VIDEO podéis ver un poquito de la versión de esta instalación que hay en alemania.
El resto de instalaciones... del mismo nivel. Os recomiendo que echéis un ojo a los resultados de búsqueda de imagenes de google que da
JAMES TURRELL, para que os hagáis una idea del mundo de este creador. Son especialmente INCREIBLES los espacios que tiene creados en base a ver el cielo.... Bovedas iluminadas maravillosamente para que contrasten con el azul del cielo, o las nubes, o la puesta de sol, y que juegan con nuestra percepción al respecto.
Me da pena pensar que las probabilidades que yo vuelva a Salta y vuelva a pisar ese museo en esta vida, son muy escasas, la parte positiva es que Turrell es un artista reconocido en medio mundo y es fácil pillar alguna exposición suya o montaje en los principales museos de arte contemporáneo del mundo...
Además, el notición es que si os ha interesado realmente Turrell.... Tiene
una instalación fija en andalucia!
Es en el
NMAC de Vejer de la frontera (cerca de Jerez) y aunque es de mis visitas pendientes, aun no he podido visitarla, a pesar de que tiene una pinta maravillosa.
Por ultimo,
aqui teneis un poquito mas de información de este artista.